Debido a la alta proporción del consumo total de electricidad, la recuperación de calor de los equipos de refrigeración es un tema subestimado con un alto potencial de ahorro.
El uso de un condensador refrigerado junto a una caldera dentro de una planta de producción demuestra la necesidad de actuar. Mientras que una instalación consume electricidad y no usa el calor residual sin usar, la calefacción quema combustibles fósiles para generar el calor deseado.

Ya en la década de los 1970, la empresa Eisvoigt desarrolló sistemas para las necesidades especiales de la tecnología de refrigeración y de enfriamiento en panaderías. Estaban equipadas con la llamada refrigeración silenciosa. Esta tecnología obtuvo los mejores resultados para masas sin hornear y las tartas de nata. Gracias a las grandes superficies de refrigeración en relación a la capacidad de enfriamiento respectiva, se pudo reducir considerablemente la deshumidificación de la mercancía.

En la producción industrial de pastas alimenticias se le atribuye una importancia cada vez mayor a la refrigeración para estabilizar y acondicionar la masa alimenticia. La necesidad de una calidad reproducible y constante mientras que al mismo tiempo aumenta el rendimiento por hora de las instalaciones de producción, requiere este replanteamiento. Este hecho también es válido para los procesos de fermentación y de congelación de las pastas alimenticias.